Buenos días a todos los visitantes de Baker Street. Tras meses de ausencia, retomamos la actividad del blog.
Hoy os dejamos con unas frases de "Crimen y Castigo", de Fiodor Dostoievski. Esperamos que os guste:
"Las cosas pequeñas tienen siempre importancia; por ellas suele ser por las que uno se pierde". Página 13.
"El amante da señal de lo que será el marido". Página 50.
"El que tiene conciencia sufre reconociendo su error; ése es su castigo, independientemente del presidio". Página 257.
Baker Street.
miércoles, 31 de julio de 2013
domingo, 10 de febrero de 2013
Lugares donde leí
"Y es que un libro no es sólo un libro. Es también, entre otras cosas, los lugares donde lo leíste, el consuelo que te dio en cada momento, la diversión, la compañía."
Para completar la tarde de domingo, os proponemos la lectura de este artículo de Arturo Pérez-Reverte:
Lugares donde leí
"Soy lo que viví, naturalmente. Pero también lo que leí, y dónde lo leí."
Esperamos que lo disfrutéis,
Baker Street
Para completar la tarde de domingo, os proponemos la lectura de este artículo de Arturo Pérez-Reverte:
Lugares donde leí
"Soy lo que viví, naturalmente. Pero también lo que leí, y dónde lo leí."
Esperamos que lo disfrutéis,
Baker Street
domingo, 20 de enero de 2013
De Orgullo y Prejuicio
Aquí os dejamos la reseña sobre Pride and Prejudice publicada en el blog de Crítica Literaria:
Disfrutadla.
Baker Street
P.D: "You are too generous to trifle
with me. If your feelings are still what they were last April, tell me so at
once. My affections and wishes are unchanged, but one word from you will
silence me on this subject for ever"
jueves, 22 de noviembre de 2012
Mañana en prosa.
Os dejamos con este maravilloso poema de E.E. Cummings:
Esperamos que os guste.
Esperamos que os guste.
LLevo tu corazón conmigo E.E. Cummings
Llevo tu corazón conmigo (lo llevo en mi corazón)
nunca estoy sin él (tú vas dondequiera que yo voy, amor mío); y todo lo que hago
por mí mismo lo haces tú también, amada mía.
No temo al destino (pues tú eres mi destino, mi amor)
no deseo ningún mundo (pues hermosa tú eres mi mundo, mi verdad)
y tú eres todo lo que una luna siempre ha sido y todo lo que un sol cantará siempre eres tú.
He aquí el más profundo secreto que nadie conoce (he aquí la raíz y el brote del brote y el cielo del cielo de un árbol llamado vida; que crece más alto de lo que un alma puede esperar o una mente puede ocultar) y éste es el prodigio que mantiene a las estrellas separadas.
Llevo tu corazón (lo llevo en mi corazón).
nunca estoy sin él (tú vas dondequiera que yo voy, amor mío); y todo lo que hago
por mí mismo lo haces tú también, amada mía.
No temo al destino (pues tú eres mi destino, mi amor)
no deseo ningún mundo (pues hermosa tú eres mi mundo, mi verdad)
y tú eres todo lo que una luna siempre ha sido y todo lo que un sol cantará siempre eres tú.
He aquí el más profundo secreto que nadie conoce (he aquí la raíz y el brote del brote y el cielo del cielo de un árbol llamado vida; que crece más alto de lo que un alma puede esperar o una mente puede ocultar) y éste es el prodigio que mantiene a las estrellas separadas.
Llevo tu corazón (lo llevo en mi corazón).
Baker Street.
jueves, 18 de octubre de 2012
Memorias de Adriano
Estoy enamorada de Marguerite Yourcenar.
De ella y de sus Memorias de Adriano, claro. Al sumergirse entre sus páginas, el lector casi juraría que esta mujer y Adriano fueron amigos íntimos, que se conocían a la perfección a pesar de los dieciocho siglos de Historia que los separaron.
La autora relata la vida de Adriano en primera persona, como si fuera el mismo emperador. Ella crece con él, luchan juntos contra los enemigos del Imperio, gobierna a su lado, se enamora de Antínoo.
Al pasar la última página de la novela, es imposible no echar de menos al emperador y sus preocupaciones. Una desea sumergirse de nuevo en la narración para pasear una vez más por Villa Adriana y redescubrir el carácter resuelto y obstinado de uno de los hombres más grandes de nuestra Historia.
"El verdadero lugar de nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente; mis primeras patrias fueron los libros.”
De ella y de sus Memorias de Adriano, claro. Al sumergirse entre sus páginas, el lector casi juraría que esta mujer y Adriano fueron amigos íntimos, que se conocían a la perfección a pesar de los dieciocho siglos de Historia que los separaron.
La autora relata la vida de Adriano en primera persona, como si fuera el mismo emperador. Ella crece con él, luchan juntos contra los enemigos del Imperio, gobierna a su lado, se enamora de Antínoo.
Al pasar la última página de la novela, es imposible no echar de menos al emperador y sus preocupaciones. Una desea sumergirse de nuevo en la narración para pasear una vez más por Villa Adriana y redescubrir el carácter resuelto y obstinado de uno de los hombres más grandes de nuestra Historia.
"El verdadero lugar de nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente; mis primeras patrias fueron los libros.”
“Cada
hombre está eternamente obligado, en el curso de su breve vida, a elegir entre
la esperanza infatigable y la prudente falta de esperanza, entre las delicias
del caos y las de la estabilidad, entre el titán y el Olímpico.”
Baker Street
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