viernes, 14 de octubre de 2011

En memoria de los ausentes

Rebuscando entre mis carpetas de recortes, he encontrado este texto de San Agustín. Habla de la muerte, pero también de la vida.

Dedico este poema a todas aquellas personas que están ausentes en nuestras vidas, pero a las que recordaremos siempre y que, de una forma u otra, estarán con nosotros.


LA MUERTE NO ES EL FINAL


"La muerte no es nada, sólo he pasado a la habitación de al lado.


Yo soy yo, vosotros sois vosotros.

Lo que somos unos para los otros seguimos siéndolo.


Dadme el nombre que siempre me habéis dado. Hablad de mi como siempre lo habéis hecho. No uséis un tono diferente.

No toméis un aire solemne y triste.

Seguid riendo de lo que nos hacía reír juntos. Rezad, sonreíd, pensad en mí.

Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra.


La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado.


¿Por qué estaría yo fuera de vuestra mente? ¿Simplemente porque estoy fuera de vuestra vista?


Os espero; no estoy lejos, sólo al otro lado del camino.


¿Veis? Todo está bien.

(...)"


Esperamos que os guste.


Baker Street.

1 comentario:

  1. Ojalá realmente pudieran esperarnos, como dice San Agustín que espera.

    Sa

    ResponderEliminar