jueves, 24 de marzo de 2011

Cancionero y Romancero de Ausencias

Escrito entre 1938 y 1941, fue la última creación de Miguel Hernández. Forjada tras las rejas de una fría prisión, enfermo y condenado a muerte, el poeta nos dejó este maravilloso regalo. El otro día cogí el volumen por casualidad. Tras leer unas páginas, me cautivaron por su belleza evidente aunque, como todo buen verso, sus palabras encierren un significado.


4

Llegó tan hondo el beso
que traspaó y emocionó los muertos.

El beso trajo un brío
que arrebató la boca de los vivos.

El hondo beso grande
sintió breves labios al ahondarse

El beso aquel que quiso
cavar los muertos y sembrar los vivos.

26

¿De qué adoleció
la mujer aquélla?
Del mal peor:
del mal de las ausencias.

Y el hombre aquél.

¿De qué murió
la mujer aquélla?
Del mal peor:
del mal de las ausencias.

Y el hombre aquél.

34

Una fotografía.

Un cartón expresivo,
envuelto por los meses
en los rincones íntimos.

Un agua de distancia
quiero beber: gozar
un fondo de fantasma.

Un cartón me conmueve.

Un cartón me acompaña.


Tal vez cuelgue más... me ha costado elegir.



Baker Street.

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